“Las dinámicas familiares cambiaron, padres y madres hacían de docentes mientras trabajaban desde sus casas y atendían las necesidades de los más chicos, se preocupaban por los adolescentes y por la realidad social y económica.”
“Los profesionales de la salud, acostumbrados y preparados para responder con certezas, vivimos este año rodeados de incertidumbres, marchas y contramarchas. Aprendimos a decir no sé, a consultarnos, a comunicarnos de otra forma, a cuidarnos.”
“Todos o casi todos se pudieron adaptar a las condiciones de aislamientos, pero todos o casi todos extrañaron la escuela, los amigos, las salidas. Y supongo, como nosotros, los abrazos, los juegos en equipo, las visitas de los abuelos, el olor de otros hogares, las comidas casera de otras casas...”
Así comienzan los Dres. Julio Busaniche y Nicolás Cacchiarelli, del Depto. de Pediatría, a quienes entrevistamos para conocer su experiencia en el primer año de pandemia. ¿Qué les pasó a los pacientes pediátricos durante el año 2020 de pandemia? ¿Por qué temas consultaron los padres? ¿Hubo cambios en la relación de las familias con el sistema de salud? ¿Qué panorama imaginan para el año que viene?
“El impacto del aislamiento fue notorio en las familias, en nuestros pacientes y en nosotros”
“Al comienzo, los pacientes que habitualmente consultaban presencialmente dejaron de venir a consultorios y a la guardia. Se hizo mucha telemedicina con las fortalezas y las limitaciones de la misma”, comienzan señalando.
Viejas patologías que reaparecieron. “Las patologías psiquiátricas se hicieron más sintomáticas, las y los pacientes con trastornos alimentarios dieron mucho trabajo durante este año. Pero no vimos bronquiolitis, enfermedades virales, exantemáticas, crisis de broncoespasmo... El aislamiento impidió que se contagiaran de lo que se enferman habitualmente”, explican.
El miedo a concurrir a un hospital retrasó los diagnósticos. “Creemos que esto explica que hayamos visto patologías avanzadas como desnutrición o infecciones severas, que antes detectábamos en los controles en salud de rutina. Los padres, incluso preocupados por cosas que notaban en sus hijos, no se animaban a venir.”
“Con el correr de los días, el encierro generó síntomas funcionales en niños, constipación y encopresis (incontinencia fecal), vejigas inestables (necesidad de orinar muy seguido y poca cantidad), crisis de angustias o ansiedad,dificultades para conciliar o mantener el sueño; algunos pacientes manifestaron miedo a salir de las casas. Estos síntomas mejoraron en muchos niños luego de que se habilitaran las salidas a parques y plazas y el encuentro con amigos. El encuentro de revinculación escolar fue muy esperado y bien recibido por los niños.”
Adolescentes y pre adolescentes: horarios modificados buscando buena señal. “La necesidad de intimidad y de buena señal para poder conectarse con sus pares para sostener esta sociabilización, hicieron que sus horarios se modificaran. Muchos elegían la madrugada para este encuentro con amigos y esto generó dificultades en algunas familias.”
Una vez abierta la consulta presencial, los turnos se ocuparon al 100% rápidamente. “Se hizo notorio el aumento del sobrepeso y obesidad, la disminución de la actividad física durante la pandemia y el cambio en algunos hábitos alimenticios como el acceso a la comida fuera de horario,facilitó esto.”
El desafío de abordar las emociones
El Dr. Andrés Luccisano, psiquiatra infantil, repasa las manifestaciones más comunes que observaron en las diferentes etapas del crecimiento a lo largo del 2020.
Primera infancia en pandemia. Los más chicos vivieron en un contexto muy particular sus primeros años, ¿qué se vió desde el sistema de salud?: “Hemos observado en algunos niños demoras en la adquisición de pautas madurativas con cierto retroceso en los hitos del desarrollo tales como en el lenguaje, el control de esfínteres y la socialización. Por otro lado, la presencia de los padres en el hogar ha fortalecido la participación en la crianza con implicancia directa en los lazos afectivos”, destaca.
En la población de segunda infancia. La falta de la escuela y otras actividades llevó a que las pantallas ganen mucho de ese tiempo durante cada día, lo cual generó ventajas y algunas complicaciones: “con estos dispositivos lograron sostener vínculos con pares durante el aislamiento, a su vez en muchos niños contribuyó a desorganizar sus rutinas diarias (sueño, comidas,). Enojos excesivos, explosiones conductuales, inestabilidad anímica y un fuerte retraimiento o distanciamiento afectivo, inclusive de las más cercanas fueron otras manifestaciones emocionales por la que nos consultaron”, explica.
Los adolescentes. ¿Qué sucedió con los jóvenes que atraviesan esta etapa tan particular de la vida? “Observamos más signos de ansiedad, trastornos del ánimo (de leve a severo), síntomas panicosos, fobias e inclusive situaciones de auto o heteroagresión. Fue evidente la fuerte pérdida de deseo y motivación tanto por sostener las actividades escolares como por los intereses y rutinas cotidianas, centrando también la atracción sobre pantallas y consolas las cuales han servido de soporte lúdico y recreativo así como social con sus pro y contras”.
Los pacientes con discapacidad. “Se vieron afectados en mayor medida y tanto ellos sus familias y los terapeutas con una intensa creatividad y esfuerzo sostuvieron el norte terapéutico como objetivo.”
¿Qué nos espera para el año que empieza? Como cierre, los profesionales expresan que: “No sabemos cuáles serán los impactos si se llegara a lograr volver a la normalidad anterior. El control en salud como existía quizás sea algo a replantearnos, la Teleconsulta puede servir para descomprimir espacios hospitalarios y resolver algunas cuestiones. Tenemos la esperanza de la vacuna, enseñanzas miles, saber que va a volver, saber que es probable que tengamos que encerrarnos de nuevo… Ojalá podamos sostener las actividades presenciales en las escuelas, lugares de juegos y de encuentros.”
La pandemia sigue, ¿cómo continuar los cuidados de niños, niñas y adolescentes?
Como resumen, sintetizamos tres aspectos esenciales a tener en cuenta durante este año 2021.
>1.- Mantener el calendario de vacunacion oficial actualizado. Repasar las dosis aplicadas según cada etapa de la vida y ponerse al día es fundamental. Los vacunatorios funcionan con normalidad, siguiendo los protocolos.
>2 .-Realizar las visitas de rutina al pediatra. Programar el control periódico anual (o más seguido, en los bebés), especialmente si el año pasado no concurrió.
>3.- Darle importancia y mantener la actividad escolar y social. La socialización con cuidados y de acuerdo a lo que digan las autoridades es un aspecto fundamental del bienestar de los más chicos.
Contenido elaborado, redactado y editado por el equipo editorial de Aprender Salud, basado en los conceptos provistos por los profesionales.
Aprender Salud Contenidos educativos - Marzo 2021 – HOSPITAL ITALIANO
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16 Marzo, 2021