DÍA DE LOS JARDINES DE INFANTES Y DE LAS MAESTRAS JARDINERAS ARGENTINAS
28 de mayo
Hoy 28 de mayo, recordamos con especial afecto, y festejamos con mucha intensidad, el "Día de los Jardines de Infantes y de las Maestras Jardineras Argentinas".
La fecha fue establecida, ya que hoy se conmemora también el día de la muerte de la gran educadora y egregia maestra riojana, "Madre de los Jardines de Infantes de la Argentina", doña Rosario Vera Peñaloza, orgullo de todos los argentinos, por su ejemplo, su entereza, sus enormes principios, y su abnegada dedicación a la noble tarea de enseñar !!
A continuación, les comparto una biografía sintética de Rosarito, en la que podrán descubrir aspectos muy importantes de su vida, llena de aventuras y dedicación a los más pequeños.
También les envío la biografía de la gran pionera en nuestra Patria, Mrs. Sarah Chamberlain de Eccleston, "la Abuela de los Jardines de Infantes", que sigue siendo inspiradora de quienes se dedican al magisterio como vocación de vida.
MATERIAL PARA CONOCER UN POCO MAS A ESTAS ILUSTRES MUJERES
VIDA DE ROSARIO VERA PEÑALOZA
Rosario Vera Peñaloza nació en Atiles, en el Valle de Malazán, provincia de La Rioja, el 25 de diciembre de 1873 y falleció el 28 de mayo de 1950, en Chamical, provincia de La Rioja, a los 77 años.
Era descendiente de familias tradicionales del mundo político y militar de la sociedad riojana. Su plena dedicación a la educación común y, en especial, a la creación de los jardines de infantes y al perfeccionamiento de sus docentes y de este nivel educativo la destacó en la primera parte del siglo XX en Argentina. Pese a que su obra escrita no es muy abarcativa, su influencia fue grande a través de las diversas funciones que ocupó y de los numerosos cursos docentes que desarrolló en todo el país.
Biografía sintética
Rosario Vera Peñaloza nació el 25 de diciembre de 1873. Sus padres fueron Eloy Vera y Mercedes Peñaloza. Quedó huérfana siendo muy niña y fue su tía materna Jesús Peñaloza Ocampo quien cuidó de los estudios primarios de su sobrina cursados en Atiles y luego en la provincia de San Juan, en donde los culminó. En 1884 regresó a su tierra natal, ingresó a la Escuela Normal de La Rioja, dirigida por maestras norteamericanas. Allí se graduó como Maestra Normal en 1888.
En 1892 se dirigió a la ciudad de Paraná: fue alumna de Sara Chamberlain de Eccleston, en la Escuela Normal de esa ciudad. En 1894 obtuvo el título de Profesora Normal. Paralelamente estudiaba el profesorado destinado a los jardines de infantes y, en 1897, se graduó como Profesora de Kindergarten, en la Escuela de Profesores del Jardín de Infantes de Paraná. También complementó su formación con cursos de Trabajo Manual, en Córdoba con Victorín y Basaldúa, de Ejercicios Físicos, con el Romero Brest, y de Dibujo, con de la Córcova en Buenos Aires. Además, realizó estudios con profesores especiales sobre Pintura y Dibujo, Corte y Confección, Artes Decorativas, Grabado, Modelado y Tejidos en Telar. Durante su estadía en Paraná fue maestra de una escuela nocturna, maestra de grado en la Escuela Modelo (particular) dirigida por Felisa Latallada y maestra de grado en la Escuela Normal de Profesores.
En 1900, fundó el Jardín de Infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie creadas en las ciudades de Córdoba, Buenos Aires y Paraná, abocándose al estudio de planes y programas de educación preescolar. Fue catedrática de Castellano y de Trabajo Manual. En 1906 fue nombrada vicedirectora de la Escuela Normal de La Rioja. En Córdoba fue Vicedirectora de la Escuela Normal Nacional de Maestras y Directora de la misma escuela desde 1907 a 1910 cuando fue designada Inspectora de Educación Física. Al año siguiente ocupó el mismo cargo en la Escuela Provincial “Alberdi” también en Córdoba. Más adelante, en esta misma provincia pero en 1921, se la encontrará como Inspectora General de Escuelas Municipales. En la ciudad de Buenos Aires, asumió en 1912 la dirección de la reconocida Escuela Normal N° 1 “Roque Sáenz Peña”. Cuando tomó la dirección, la escuela tenía una matrícula de 227 alumnas en el Normal y 300 en el Curso de Aplicación. Cuando dejó el cargo, la escuela contaba con más de 1.500 alumnas. En 1917, fruto de problemas políticos, fue declarada cesante.
Se multiplicaron entonces las adhesiones públicas a su persona. Recién esta situación se reparó en el año 1924. También fundó y dirigió la Escuela Normal Nº 9 “Domingo Faustino Sarmiento”. En 1918, el Dr. Carlos María Biedma inaugura la Escuela Argentina Modelo en la ciudad de Buenos Aires con la colaboración de Vera Peñaloza, quien es designada Directora, y un grupo de docentes reconocidos en las cátedras universitarias, colegios nacionales y escuelas normales de la época. Entre ellos: Pablo Pizzurno, Rodolfo Senet, Víctor Mercante, Ernesto Nelson, Rita Latallada de Victoria. Desde esta Escuela, se promueve la profesionalización de los jardines de infantes mediante numerosos cursos que fueron reconocidos por el Estado. Biedma respalda a Vera Peñaloza no sólo dentro de la institución sino que también la anima a dictar cursos en todo el país impulsando la enseñanza popular y las nuevas técnicas y didácticas en los jardines de infantes. En este sentido, Vera Peñaloza adapta e innova sobre la base de los aportes de Pestalozzi, Froebel y Montessori, creando en la Escuela Argentina Modelo un museo pedagógico con fines didácticos. También en sus años de trabajo fuera del ámbito estatal, desde 1918 a 1921, dicta las cátedras de Pedagogía y Matemáticas en la Escuela Normal “Del Divino Maestro”, incorporada al Profesorado en Lenguas Vivas.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, parecería ser en 1919, publica -dentro de la colección Biblioteca Escuela Argentina Modelosu obra Enseñanza práctica de la geometría en la escuela primaria. Reintegrada al ámbito educativo estatal, en 1924 se la designa Inspectora de Enseñanza Secundaria Normal y Especial. En este cargo, se desempeñó hasta su jubilación, por razones de salud, en el año 1928. En 1931, el Consejo Nacional de Educación le asigna la creación del Museo Argentino para la Escuela Primaria que se instala en el Instituto Félix Bernasconi.
La idea del Museo se basaba en la teoría pedagógica de Joaquín V. González, a la que se remite explícitamente Vera Peñaloza: la geografía como base de toda enseñanza, lo cual, si bien fue bastante resistida por muchos pares, se constituyó en el motor que generó el Museo. También Vera Peñaloza se adscribe al espiritualismo de Juan B. Terán tratando de integrar lo espiritual con lo práctico y concreto.
Al Museo le dedicó 17 años de su vida en forma gratuita hasta 1947. Estableció una correlación de materias y de temas. Rosario Vera Peñaloza agregó a las salas del Museo elementos regionales como preparación de dulces, trenzados, danzas folclóricas, instrumentos musicales autóctonos. Creó también la cátedra de estudios folklóricos en la que los maestros aprendían a conocer y utilizar elementos del acervo nativo para mantener el carácter nacional en un país con tanta inmigración.
Durante estos años, continuó brindando cursos en todo el país para perfeccionar a los maestros en su quehacer cotidiano siempre atenta a la conexión entre lo popular y nacional, el aporte de los pedagogos extranjeros reconocidos, lo teórico y lo práctico. Rosario Vera Peñaloza falleció el 28 de mayo de 1950 en Chamical, provincia de La Rioja, a donde había viajado para brindar un curso a los docentes.
Algunas consideraciones sobre su accionar y sus ideas
Rosario Vera Peñaloza no sólo fue difusora de los principios de Froebel y Montessori, sino que se dedicó a estudiarlos, compararlos y adaptarlos a la realidad argentina. En este sentido, es que se esfuerza por encontrar relaciones y adaptaciones con autores argentinos como Juan B. Terán y Joaquín V. González. En la obra y motivaciones de Vera Peñaloza se percibe su adhesión al ideal liberal escolar argentino de principios de siglo XX, inspirado en Sarmiento: Sin embargo, en Vera Peñaloza se observa el planteo de la necesidad de una reforma educativa que se distancia del positivismo –aunque no del todo-, vía el romanticismo y el espiritualismo.
En este contexto, apuesta a la mejora de la educación argentina y acentúa el carácter nacional de la escuela. Su pensamiento, no obstante, no estuvo tanto dedicado a cuestiones de carácter general y teóricas sino a lo didáctico que era considerado por ella el ariete de toda reforma educativa. Su objetivo era mejorar el ejercicio de la docencia plasmando los ideales de nacionalidad y progreso a través de una síntesis entre lo espiritual y lo positivo.
Su Museo para la escuela primaria es una hábil articulación de pedagogía, didáctica y política orientado a despertar el sentimiento nacional y acentuando la dimensión geográfica de la enseñanza.
Tal vez, es la más nacionalista de las maestras formadas a fines del siglo XIX y signadas por Sara Chamberlain de Eccleston. Vera Peñaloza fue decididamente una seguidora de Froebel en su visión de los jardines de infantes a los que dedicó buena parte de su labor. Fue crítica de la Escuela Nueva aunque compartió muchos de sus principios.
Trató de integrar en los jardines de infantes el trabajo manual con la creatividad espiritual. Al momento no se ha desarrollado un estudio abarcativo sobre su pensamiento y obra. Legado y aportes en el campo de la educación Martha Salotti, su discípula dilecta, editó tras la muerte de Vera Peñaloza doce trabajos científicos y el Instituto Sanmartiniano le confirió el Primer Premio por su “Credo Patriótico” y una condecoración por “Vida del General San Martín”, adaptada para los niños.
Realizó también diversas adaptaciones y traducciones de poesías y cuentos para niños con fines didácticos. El avance del nivel Inicial en Argentina se debió al impulso dado por la Asociación Pro-difusión del Kindergarten encabezada por Vera Peñaloza, acompañada por Custodia Zuloaga, entre otras. A este grupo de maestras pertenece el texto El kindergarten en la Argentina. Didáctica froebeliana, en donde se perfila la planificación didáctica y la normativa vigente, en esa época, anterior a la organización de la formación de la maestra jardinera. Para Rosario Vera Peñaloza, el juego en el jardín de infantes adquiere un valor de estrategia casi excluyente y lo confirma cuando dice: “es así como trabajamos aunque parezca que jugamos”.
Con motivo de cumplir sus bodas de oro con la docencia, se formó una comisión de homenaje que se encargó de recibir las adhesiones que llegaban de todo el país y de Chile, Uruguay y Perú. Se recogieron firmas de colegas, alumnos, ex alumnos y amigos en un álbum ilustrado con el siguiente texto: “A Rosario Vera Peñaloza, espíritu superior, noble y generoso, mujer abnegada y educadora ejemplar, que se ha dado y se da por entero a la educación, sin reparar en sacrificios y sin esperar recompensa y que tiene ganado, en buena ley, por su vasta cultura, su clara inteligencia, y su gran corazón el título de “Maestra de la Patria”, devotamente le ofrecen sus amigos de todo el país, colegas, admiradores, ex discípulos, este modesto recuerdo en sus bodas de oro con la escuela argentina. Día del Maestro, 11 de septiembre de 1945”.
En la Argentina, el 28 de mayo, día de su fallecimiento, se celebra el Día Nacional de los Jardines de Infantes y de los Docentes del Nivel Inicial, lo que fue proclamado en el Sexto Encuentro Nacional de Maestras Jardineras realizado en Santa Fe en 1971. Otro dato interesante es que Félix Luna escribe la letra y Ariel Ramírez la música de la zamba “Rosarito Vera maestra”.
VIDA DE SARAH CHAMBERLAIN DE ECCLESTON
"La Abuela de los Jardines de Infantes"
Sarah Chamberlain nació el 8 de abril de 1840 en Lewisburg, Pensilvania, Estados Unidos, en el seno de una familia distinguida de la sociedad estadounidense. Recibió una esmerada educación en la Escuela de Señoritas anexa a la Universidad de Bucknell donde se graduó en 1858.
Al estallar la Guerra de Secesión en 1861, Sara Chamberlain sirvió como enfermera en la Comisión Sanitaria de los Estados Unidos (precursora de la Cruz Roja estadounidense) al servicio del ejército de la Unión, actuando en los hospitales de Nashville, Tennessee,3 Durante el conflicto conoció al capitán Charles Friederick Eccleston, entonces subteniente de la Unión,3 con quien se casó el 24 de octubre de 1866 teniendo dos hijos, John (1868) y Emily Eccleston (1869).
Enviudó en 1875 y pese a la insistencia de sus padres para que permaneciera con ellos, Sarah Chamberlain ingresó en la Escuela Normal de Ruth Burritts en Filadelfia, especializándose en el nuevo campo de la enseñanza de la época, el kindergarden, graduándose en 1877 con excelentes notas.
Ese mismo año conoció a Domingo Faustino Sarmiento, a través de la amistad de éste con las hermanas Elizabet Peabody, reconocida en Estados Unidos por la difusión de las ideas de Friedrich Fröbel en su país y por la fundación del primer jardín de infantes en Norteamérica, y Mary Peabody. Mary Peabody, esposa de Horace Mann y también destacada educadora norteamericana, había sido quien transmitiría a Sarmiento la idea de implementar el kindergarden «como sustento de la educación primaria».
De regreso en Lewisburg, ejerció la docencia en el primer jardín de infantes de su pueblo natal durante 3 años. En 1880 el estado de Minnesota le encargó la creación de una Escuela Normal de Profesoras de Kindergarten en Winona. Durante esa comisión a la que dedicó tres años y medio de su vida realizó viajes a San Luis, Misuri y Chicago para estudiar sus jardines de infantes, considerados entonces los mejores de Estados Unidos.
En 1883 el Ministro de Instrucción Pública del presidente Julio Argentino Roca, Eduardo Wilde, le encargó a la regente de la Escuela Normal de Profesores de Paraná Franc Allyn, quien regresaba a su patria, el envío de profesoras especializadas para impulsar la educación pública en su país. Animada por las hermanas Peabody, Sara Chamberlain de Eccleston decidió partir con su hija Emily a Londres y de allí a la Argentina, arribando a la ciudad de Buenos Aires el 24 de agosto de 1883.
Recomendada vivamente por el reconocido pedagogo William F. Phelps, fundador y presidente de la Sociedad Nacional de Educación de los Estados Unidos (National Education Association of the United States), la Directora de la Escuela Normal de Kindergarten de Filadelfia Ruth Burritts, y Elizabeth Peabody, fue rápidamente destinada por el gobierno a la Escuela Normal de Paraná donde su director José María Torres le encargó la organización y dirección de un Departamento Infantil. Mientras se abocaba a su comisión y encaraba las que reconocería como las mayores dificultades de su primer año en Argentina, «el idioma, la adaptación de su hija y su religión protestante», encargó el mobiliario en los Estados Unidos e introdujo el libro El niño y su naturaleza de la baronesa Bertha von Marenholtz-Bülow, discípula y amiga berlinesa de Fröbel, que desarrollaba las ideas de ese pensador3 y serviría para la formación de las nuevas docentes. Finalmente el nuevo instituto fue inaugurado el 4 de agosto de 1884.
Desde ese lugar realizó una notable labor actualizando los programas de estudio y creando la carrera de maestra jardinera, que hasta ese entonces no existía en nuestro país. También logró difundir el trabajo manual en las escuelas primarias para que los chicos desarrollen habilidades prácticas.
Al tener noticias de la enfermedad de su hijo John, quien había permanecido en los Estados Unidos, solicitó licencia y el 30 de enero de 1886 embarcó rumbo a su patria. Una vez recuperado su hijo regresó con él ese mismo año para ya radicarse definitivamente en la Argentina.
Tras fundar y dirigir un jardín de infantes en Concepción del Uruguay en 1888 regresó a Paraná, provincia de Entre Ríos, donde permaneció hasta 1897.
Durante ese período de su vida continuó su labor en el ámbito de la educación inicial y fue designada delegada por el gobierno argentino en la conferencia mundial sobre kindergarden realizada en 1893 en Chicago. Durante el evento, fue designada vicepresidente del Departamento de Instrucción de Kindergarden.
Ese mismo año fundó la Unión Froebeliana Argentina con 103 asociados con el objeto de difundir los principios y ventajas de la educación inicial entre los docentes y madres del país. En pos de ese objetivo no perdió de vista la necesidad de adaptación del sistema a la situación y características del país. Así es que cuando se funda la Unión Froebeliana, simultáneamente el director de la Escuela Normal de Paraná Enrique Carbó Ortiz afirmaría en sus memorias que el kindergarten había evolucionado para «llegar a lo que debe ser (…) un sistema de educación genuinamente argentino y no alemán o norteamericano».
Al crearse en 1897 el Profesorado de Maestras Jardineras de Buenos Aires, el ministro Antonio Bermejo le encomendó su dirección.
Desde la capital de la república, se dedicó tanto a la docencia como a «la difusión de la importancia del nivel» desempeñando «un rol fundamental en la expansión de los jardines por el país, a través de sus alumnas y discípulas».
En 1899 Sarah Eccleston fundó la Sociedad Internacional de Kindergarten con sede en lacalle Viamonte N° 1583 de la ciudad de Buenos Aires, actuando ella misma como presidente y Flora Amézola como secretaria de la organización.
El 25 de septiembre de 1900 la Sociedad internacional de Kindergarten se incorporó al Consejo Internacional de Mujeres (International Council of Women)5 y fue una de las firmantes del acta de fundación del Consejo de Mujeres de la República Argentina.
Ese año asistió como delegada y responsable de la temática "Jardines de Infantes" al Congreso Pedagógico presidido por el doctor J. Alfredo Ferreira.
Durante esos años se enfrentó «permanentemente a la incomprensión de sucesivos funcionarios que en muchas ocasiones desvalorizan la importancia de los jardines de infantes y de la formación de maestras especializadas.»
Posteriormente fue designada inspectora de jardines de infantes hasta su jubilación en 1903. Retirada de la función pública, creó y dirigió hasta su muerte una escuela primaria privada con jardín de infantes anexo en la calle Libertad de la ciudad de Buenos Aires1 3 y adquirió el American College de la calle Charcas, institución destinada a los hijos de los residentes norteamericanos e ingleses, al que agregó un jardín de infantes.
Durante esos años continuó con su labor de difusión y promoción de la educación inicial, brindando cursos y conferencias, publicando folletos, manteniendo activa correspondencia con pedagogos de Estados Unidos y participando de las asociaciones de la materia. Publicó también un libro de canciones y juegos infantiles que tradujo del inglés y del alemán.
En 1910 el gobierno de la provincia de Mendoza le encargó la organización de un nuevo jardín de infantes poniendo a su disposición los recursos necesarios para poder crear el instituto «más amplio y moderno de la época», que dejó funcionando a cargo de su antigua alumna Custodia Zuloaga.
Falleció en su villa del barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires el 10 de octubre de 1916 y fue inhumada en el Cementerio Británico de Buenos Aires, al igual que Jennie Howard, Minnie Ridley y Francis Bessler, que formaban parte de las primeras maestras que trajo Domingo Faustino Sarmiento.
El doctor José B. Zubiaur fue encargado de despedir sus restos en nombre de la Liga Nacional de Educación, una de las instituciones a las que Sarah Chamberlain de Eccleston había pertenecido.
Sus estudiantes levantaron un monumento sobre su tumba con la inscripción «Como la hiedra adherida al muro, o como la llama sagrada de las antiguas vestales, que no se apagaba jamás, así cumpliste tu misión maestra nuestra; y así nos legaste el fervor de tu alma.»
Vivió toda su vida dedicada a mejorar la educación de Argentina.
Lleva su nombre el Instituto Superior del Profesorado de Educación Inicial dependiente del Gobierno de la Ciudad de Autónoma Buenos Aires, fundado el 8 de abril de 1937, al igual que numerosas instituciones educativas estatales y privadas del país.
FELIZ DIA PARA TODAS LAS MAESTRAS JARDINERA DE NUESTRA INSTITUCION.
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