Me cuesta decirle adiós al jardín
(Historia de una mamá de jardín que seguramente es muy similar a la historia de varias)
Era el año 2002 y como mamá primeriza salí a buscar jardín de infantes. Recorrí muchos Y ninguno era lo suficientemente luminoso, o estaba lo suficientemente limpio, o me parecía lo suficientemente seguro o confiable. Y en algunos hasta debía pedir entrevista para conocerlo.
Pero un día de noviembre de 2002 llegué a Paysandú 942. Llegué al “Jardín del Tiempo”. Debo decir que el nombre no me sonaba a “burbujitas”, “dulzura”, “chispitas” y los nombres con que sonaban la mayoría. O tal vez era mi grado de desconfianza e incertidumbre que no me dejaba ya ilusionarme.
De todas maneras toqué el timbre y una seño con guardapolvo verde y sonrisa amplia y que casualmente se llamaba como yo, FABIANA, me recibió. Me hizo pasar sin entrevista previa, me mostró las instalaciones donde se reflejaba el paso de muchos niños. Había trabajitos, juguetes, cajas, fotos. Era un lugar normal. Si, sin lugar a dudas ESE ERA EL LUGAR.
Y así comenzó mi camino como mamá de jardín un 3 de marzo de 2003, día que debería figurar en mi perfil de Facebook como día importante! Ese día, mi hija Lucía comenzaba una carrera universitaria infantil de 5 años por salas de colores, de la mano de maestras maravillosas (Romina, Sol, Julieta, Guillermina, Euge y Kari)
Recuerdo el afecto de Mercedes recibiendo a mi hija con la misma sonrisa y cariño que mi mamá. Un jardín con abuela propia!!! A Lore y su paso de seño a secretaria genial que nos facilitaba las cosas a los papis. También los docentes de materias especiales, como Damián, quien hasta hoy es el profe de natación. Moni que según mis hijos cocina mejor que yo (y deben tener razón y me encanta que así sea) Y Fabiana y Gustavo con quienes compartí más de una charla personal como lo hice con amigos de la vida.
En 2006 tuvimos la suerte que se abriera el pre-escolar! Jardín del Tiempo era ESCUELA INFANTIL. Y por diciembre de ese mismo año quedé embarazada de mi 2° hijo, Julián. Y cuando una mamá queda embarazada de su 2° hijo surgen un montón de nuevas dudas y preguntas. Yo algo tenía en claro. JULY SERÍA ALUMNO DEL JARDÍN DEL TIEMPO!
Terminé 2007 con mi egresadita Lucía de la mano de la seño Kari y le pedí que me esperara tan solo 6 añitos. Y en el 2009 volví con July a caminar por salitas de colores, de verde a amarillo, que se tiñó de naranja, para pasar a ser celeste y llegar a madurar en azul. Nos acompañaron: Natalia y Soledad, Fer y Nadia, Euge, Nadia otra vez que no quería cortar el cordón con este grupo y hasta este año que nos recibió nuevamente Kari, que me esperó los 6 años como me había prometido, para tomarme de la mano como lo hizo con mis hijos y ayudarme con toda su dulzura a hacer una de las cosas más difíciles que debo hacer en mi vida, decirle ADIÓS AL JARDÍN, ADIÓS A MI ROL DE MAMÁ DE JARDÍN!!!
Atrás quedaron los chupetes, mamaderas, pañales, cochecito. Atrás quedaron cuadernos viajeros, árboles genealógicos, banderas familiares. Aprendí a escribir historias para niños, di mis primeros pasos en la lecto-escritura, me convertí en una ecónoma eficaz para realizar colectas para los regalitos de las seños y profes, me hice adicta a las canciones infantiles y a los libros de cuentos.
Les entregué bandejas, chapitas, hilos, radiografías, tubos, corchos, maderitas… Me devolvieron obras de arte!!! Qué voy a hacer con todas esas cosas de ahora en más? Dónde se reciclan con tanto amor?
Les entregué niños con pañales que apenas estaban dando sus primeros pasos. Me devolvieron niños felices. Lucía y Julián han sido felices en las salas y patios y terraza. Aprendieron a compartir, a relacionarse con sus pares, a aceptar las diferencias y las capacidades de todos y cada uno de sus amigos, a defenderse y a no pegar. Reforzaron los valores que les enseñamos en casa y que esperamos conserven para siempre.
En este mundo tan duro que nos toca vivir, todos deberíamos volver a transitar por salitas de colores, a leer cuentos, a volar con la imaginación, a sorprendernos viendo crecer una plantita, a realizar listas de lo que se debe y lo que no se debe hacer. Y más de uno debería sentarse a pensar por 5 minutos en lo que hizo para no volverlo a hacer nunca más.
Me cuesta tanto decirle adiós a mi querido Jardín del Tiempo y a todos los docentes que han estado al lado de mis hijos.
Entonces les digo gracias en mi nombre y en nombre de mi familia!
GRACIAS INFINITAS!
En lo personal, simplemente por haberme dejado ser por 10 años UNA MAMÁ DE JARDÍN FELIZ!!!
Los quiero y no los voy a olvidar jamás.
Fabiana Ulariaga.
Mamá de Lucía y Julián Romero.
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